La Apuesta Nuclear de Trump: Cuatro Órdenes Ejecutivas Señalan una Reestructuración Regulatoria Sin Precedentes
La Administración apunta a un renacimiento nuclear de 25 años mientras reestructura las agencias de supervisión y acelera el despliegue de reactores.
El presidente Donald Trump lanzó la transformación de política de energía nuclear más agresiva en medio siglo el 23 de mayo de 2025, al firmar cuatro órdenes ejecutivas que reestructuran fundamentalmente la supervisión federal, aceleran las pruebas de reactores y posicionan la energía nuclear como la piedra angular de la estrategia de independencia energética de Estados Unidos. Las órdenes establecen objetivos ambiciosos, incluyendo cuadriplicar la producción nuclear en 25 años y desplegar 10 nuevos grandes reactores para 2030, plazos que los analistas de la industria describen como transformadores y, a la vez, potencialmente poco realistas dadas las actuales limitaciones de infraestructura.
¿Sabía que el presidente Trump firmó órdenes ejecutivas el 23 de mayo de 2025, con el objetivo de cuadriplicar la capacidad de energía nuclear de EE. UU. de 100 a 400 gigavatios en 25 años? Este ambicioso objetivo, impulsado por la creciente demanda de electricidad de los centros de datos de IA que podrían aumentar el consumo total de energía en un 20% en la próxima década, requeriría una expansión sin precedentes, mucho más allá del objetivo anterior del Departamento de Energía de triplicar la capacidad para 2050. Si bien los expertos consideran que el plazo de cuadriplicación es altamente improbable, EE. UU. ha identificado posibles vías, incluyendo la construcción de reactores en 41 emplazamientos nucleares existentes, la reutilización de entre 128 y 174 gigavatios de ubicaciones de centrales de carbón en desuso, y el establecimiento de nuevas instalaciones en bases militares para ayudar a satisfacer la necesidad proyectada de entre 700 y 900 gigavatios de energía limpia adicional para lograr emisiones netas cero.
El paquete integral representa una desviación drástica de cinco décadas de práctica regulatoria nuclear, transfiriendo una autoridad significativa de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) independiente a las agencias del poder ejecutivo, al tiempo que establece plazos de concesión de licencias de 18 meses y exenciones categó