Corea del Sur presenta un plan de semana laboral de 4.5 días para reducir las extensas jornadas laborales del país para 2030

Por
Minhyong
8 min de lectura

La Apuesta Audaz de Corea del Sur: La Revolución de la Semana Laboral de 4.5 Días en una Nación Construida sobre las Horas Extras

En las resplandecientes torres del distrito de Gwanghwamun en Seúl, se está gestando una silenciosa revolución. Mientras el calor del verano cubre la ciudad, el Ministerio de Empleo y Trabajo de Corea del Sur ha desvelado la que podría ser la reforma laboral más ambiciosa en la historia moderna de la nación: una semana laboral de 4.5 días que busca remodelar fundamentalmente una cultura donde las jornadas maratonianas de oficina han sido durante mucho tiempo un símbolo de orgullo.

Retraimiento social de los jóvenes en Corea del Sur (d8aspring.com)
Retraimiento social de los jóvenes en Corea del Sur (d8aspring.com)

De Jornadas de 18 Horas a la Libertad del Viernes: La Evolución Laboral de Corea

El anuncio, presentado formalmente al Comité Nacional de Planificación y Asesoramiento en junio de 2025, marca un giro dramático para un país cuyo milagro económico se construyó, literalmente, a costa del esfuerzo de sus trabajadores. En la década de 1970, bajo el régimen autoritario de Park Chung-hee, eran comunes las jornadas laborales de 18 horas, con sindicatos controlados por el Estado que servían como herramientas para el capital, más que para la protección de los trabajadores.

"Las sombras de esta brutal historia laboral aún planean", señala un veterano investigador laboral que ha estudiado la cultura de trabajo coreana durante décadas. "Cuando un sastre de 22 años se inmoló con la Ley de Normas Laborales en sus manos para protestar contra la explotación, se convirtió en un símbolo del sacrificio de toda una generación".

El objetivo declarado del gobierno ahora parece casi modesto en comparación: reducir el promedio anual de horas de trabajo extenuantes de Corea del Sur de 1.859 a por debajo del promedio de la OCDE de 1.717 para 2030. Sin embargo, en una nación donde el "exceso de trabajo" sigue arraigado en el ADN corporativo, el cambio cultural necesario es sísmico.

Tabla: Causas Fundamentales Detrás de la Propuesta de Semana Laboral de 4.5 Días en Corea del Sur

Causa FundamentalExplicación
Horas de Trabajo ExcesivasLas horas de trabajo anuales de Corea del Sur superan con creces el promedio de la OCDE, lo que provoca agotamiento y una baja calidad de vida.
Demanda PúblicaFuerte apoyo de los trabajadores a una semana laboral más corta y a una mejor conciliación entre vida laboral y personal.
Presión Política/ElectoralPromesa central de campaña y cuestión clave en las últimas elecciones para atraer el apoyo de los votantes.
Crisis DemográficaBaja fertilidad y disminución de la población vinculadas a una cultura laboral exigente y a conflictos entre el trabajo y la familia.
Tendencias Globales/EconómicasDeseo de modernizar, seguir las tendencias globales y aprovechar la tecnología para aumentar la productividad.
Reforma de la Ley LaboralRevisión de sistemas obsoletos y protección contra horas extras no remuneradas y exceso de trabajo.
Éxito de Programas PilotoResultados positivos de programas piloto en empresas y regiones que demuestran viabilidad y beneficios.

Rompiendo el Techo de las 52 Horas: La Nueva Matemática del Trabajo Coreano

El elemento central de la reforma implica la reducción de las horas semanales de trabajo legales de 40 a 36, mientras que las horas extras permitidas se recortan de 12 a 8 horas. Esto reduciría efectivamente la semana laboral máxima de 52 a 48 horas, una cifra aún sustancialmente superior a la de muchas naciones occidentales, pero revolucionaria en el contexto coreano.

Más significativas son las reformas estructurales que acompañan la reducción de horas:

  • Eliminación gradual del "sistema salarial integral" que durante mucho tiempo ha enmascarado las horas extras no remuneradas.
  • Garantía del derecho a la "desconexión laboral" fuera del horario.
  • Posibilidad de solicitar horarios de trabajo flexibles.
  • Implementación de un aumento gradual de la edad de jubilación.

En lugar de una adopción obligatoria inmediata, el gobierno planea incentivar la transición mediante subsidios y medidas de apoyo, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que forman la columna vertebral de las cadenas de suministro de Corea.

¿"Caos Hermoso" o Cambio Significativo? Los Escépticos Opinan

La respuesta de los poderosos círculos empresariales de Corea ha sido rápida y tajante. Cinco de los principales grupos empresariales desestimaron el plan como "desvinculado de la realidad", argumentando que amenaza con socavar la competitividad justo cuando los vientos económicos en contra se intensifican a nivel mundial.

"Este no es el momento para la experimentación", sugirió un representante de una asociación de la industria manufacturera. "La propuesta puede sonar atractiva en teoría, pero para las empresas dependientes de la exportación con márgenes de beneficio muy ajustados, es equivalente a pedirles que compitan en un maratón con pesas en los tobillos".

La crítica se hace eco de las preocupaciones planteadas durante reformas laborales anteriores. Cuando Corea del Sur implementó su semana laboral de cinco días a principios de la década de 2000, las lagunas legales permitieron hasta 68 horas de trabajo semanal, haciendo que el cambio fuera en gran medida cosmético para muchos trabajadores.

Más Allá de las Torres de Oficinas: Trabajadores Digitales y el "Lying Flat"

Más allá de los consejos de administración y las salas de política, la propuesta ha desatado un intenso debate en línea, revelando brechas generacionales en las actitudes hacia el trabajo mismo.

Muchos jóvenes coreanos, desilusionados con el panorama laboral hipercompetitivo de la nación, ya han adoptado alternativas a las trayectorias profesionales tradicionales. Algunos han optado por el movimiento "lying flat", eligiendo el subempleo o el trabajo autónomo en lugar de las jerarquías corporativas. Para ellos, el debate sobre la semana laboral parece casi pintoresco.

"El tiempo de trabajo real solo está disminuyendo porque los jóvenes están renunciando por completo al empleo tradicional", señaló un comentario popular en un foro de tecnología coreano. "Están votando con los pies".

Otros ven potencial si —y es un "si" significativo— las reformas vienen con una aplicación significativa. "Hemos oído estas promesas antes", comentó un trabajador de oficina de mediana carrera en una discusión en línea. "Sin límites reales en el número máximo de horas y sanciones efectivas para las empresas que los violen, es solo otro titular".

La Aceleración de la Automatización: Implicaciones para la Inversión

Para los inversores que observan la evolución laboral de Corea, la reforma significa más que una simple mejora de la calidad de vida: representa una reevaluación forzada de la productividad.

Los analistas económicos proyectan un modesto lastre para el crecimiento del PIB de aproximadamente 0,25 puntos porcentuales sobre la tasa de crecimiento anual compuesta de 2026-2030, asumiendo que aproximadamente la mitad de las horas de trabajo perdidas se recuperen mediante la automatización y la adopción de la IA.

Las implicaciones para el mercado crean claros ganadores y perdedores:

El sector de automatización de fábricas y almacenes se beneficiará significativamente, ya que Corea se clasifica como el tercer mayor instalador de robots del mundo. Empresas como Doosan Robotics y Rainbow Robotics podrían ver un crecimiento acelerado a medida que las empresas inviertan en tecnologías que reemplacen la mano de obra.

De manera similar, los proveedores de infraestructura en la nube y de IA pueden experimentar vientos a favor a medida que las empresas busquen mejoras en la productividad. La masiva construcción de centros de datos por parte de SK y AWS (7 billones de wones) sugiere que las grandes corporaciones ya están girando hacia la eficiencia impulsada por la tecnología.

Por el contrario, las PYMES dependientes de la exportación con altos costes salariales y márgenes de beneficio muy ajustados enfrentan una presión significativa, particularmente en las cadenas de suministro de autopartes y construcción naval. Incapaces de trasladar rápidamente la producción al extranjero debido a los requisitos de localización, estas empresas pueden tener dificultades con los márgenes comprimidos.

Entre la Visión y la Realidad: El Desafío de la Implementación

El éxito de la reforma depende del progreso legislativo, particularmente de la aprobación de la "Ley para la Reducción del Trabajo Real" prevista para finales de 2025. Sin embargo, la historia de la reforma laboral coreana sugiere que la implementación probablemente enfrentará obstáculos significativos.

El Banco de Corea pronostica un impacto inflacionario mínimo, aproximadamente 1 punto porcentual en el IPC subyacente en dos años, pero los grupos empresariales advierten de aumentos del 6 al 8% en los costes laborales unitarios, particularmente para las empresas más pequeñas sin capacidad de automatización.

Más allá de la economía, la reforma representa un cuestionamiento fundamental de la identidad nacional para un país donde la ética de trabajo ha sido sinónimo de patriotismo desde su rápida industrialización.

Cuando Menos es Más: La Paradoja de la Productividad

Mientras Corea del Sur navega por esta transición, inversores y responsables políticos observarán de cerca los indicadores clave: las encuestas de acuerdos salariales, las estadísticas de importación de robots y los informes de primas por horas extras señalarán si la reforma está ganando terreno o sufriendo subversión.

La semana laboral de 4.5 días no es ni puro teatro político ni un éxito garantizado. Más bien, representa una apuesta calculada de que al trabajar menos, los coreanos podrían, en última instancia, producir más, pasando de una economía construida sobre el sudor a una impulsada por la innovación.

Para una nación que enfrenta la fuerza laboral que se reduce más rápido del mundo y una intensa competencia tanto de economías más baratas como más avanzadas, lo que está en juego difícilmente podría ser mayor. La pregunta es si una cultura forjada en el crisol de jornadas laborales de 18 horas puede reinventarse para un futuro donde la calidad del trabajo importe más que la cantidad de horas.

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