La burocracia detrás del superventas: La advertencia de un alto directivo desde el interior de Novo Nordisk
COPENHAGUE, Dinamarca — El correo electrónico nos llegó hace unos seis meses con un asunto contundente que resultaría profético: la evaluación sin filtros de un alto directivo sobre la disfunción interna de Novo Nordisk, escrita con la frustración cruda de alguien que observa cómo un imperio farmacéutico se desmorona desde dentro.
"Un producto superventas que podría agotarse en las farmacias incluso con un robot gestionándolo está ahora rezagado en I+D, con la capacidad de producción frenada por un puñado de mandos intermedios burocráticos e incompetentes", escribió el directivo, con su identidad oculta pero su angustia inconfundible.
Ahora, seis meses después, mientras los recibos de depósito americanos de Novo Nordisk languidecían a 48,19 USD —un 70% menos que su pico de junio de 2024—, ese grito de alarma interno se lee menos como disidencia corporativa y más como una hoja de ruta hacia el fracaso organizativo.
El gigante farmacéutico danés, arquitecto de la revolución contra la obesidad con los superventas fármacos GLP-1 Ozempic y Wegovy, se encuentra ahora atrapado en la paradoja que el alto directivo identificó con tanta clarividencia: una demanda sin precedentes de productos lastrada por la misma estructura de gestión destinada a entregarlos.
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