Mazazo de 800 millones de libras: Lloyds se tambalea mientras el escándalo de financiación automotriz sacude a los bancos británicos
LONDRES – La rendición de cuentas que se ha estado gestando bajo la industria bancaria británica finalmente ha estallado. Lloyds Banking Group ha visto cómo sus ganancias trimestrales se desplomaban en más de un tercio tras reservar una asombrosa cantidad de 800 millones de libras esterlinas para cubrir las crecientes consecuencias de un escándalo de venta indebida de préstamos para automóviles. Esta última provisión eleva el fondo de compensación total de Lloyds a casi 2.000 millones de libras esterlinas — la señal más clara hasta ahora de que los mayores prestamistas del país están en serios problemas debido a sus prácticas pasadas.
La Autoridad de Conducta Financiera (FCA), el organismo de vigilancia de la ciudad, está proponiendo un esquema de compensación masivo que podría obligar a los bancos a devolver entre 8.200 y 9.700 millones de libras esterlinas a los clientes a quienes se les vendieron préstamos para automóviles con márgenes de beneficio turbios y basados en comisiones que datan de 2007. Para Lloyds, un peso pesado en financiación automotriz a través de su división Black Horse, el golpe se siente incómodamente familiar — un eco escalofriante del fiasco del seguro de protección de pagos (PPI) que una vez drenó más de 50.000 millones de libras esterlinas de los bancos británicos.
Lloyds informó una ganancia antes de impuestos de 1.170 millones de libras esterlinas para el tercer trimestre, un 36% menos que los 1.800 millones de libras esterlinas del año anterior. Después de impuestos, la cifra se desplomó un 42% hasta aproximadamente 778 millones de libras esterlinas. Los ejecutivos atribuyeron la caída directamente a las provisiones de compensación. El dolor no termina ahí: el banco ha reducido su objetivo para 2025 de retorno sobre el capital tangible a alrededor del 12%, frente al 14%, lo que indica menores ganancias en el futuro.
Aun así, Lloyds no se echa atrás en silencio. Su liderazgo insiste en que impugnarán partes del enfoque de la FCA, lo que configura una probable batalla entre el prestamista y el regulador. El costo final sigue siendo una incógnita, pero está claro que esta lucha se prolongará — y no será barata.
Cómo se originó el escándalo
En el centro de esta tormenta se encuentra un sistema controvertido conocido como "acuerdos de comisión discrecional". Durante años, a los concesionarios de automóviles y corredores se les permitió ajustar la tasa de interés de los préstamos a los clientes. Cuanto mayor era la tasa que cobraban, mayor era su comisión.
No hace falta ser economista para detectar la falla. Esa configuración tentó a los concesionarios a subir las tasas simplemente para embolsarse más dinero en efectivo — todo mientras los clientes no tenían idea de por qué sus préstamos costaban tanto. La FCA prohibió la práctica en 2021, pero millones de préstamos emitidos antes de esa fecha están ahora bajo el microscopio.
El documento de consulta del regulador, CP25/27, estima que unos 14,2 millones de acuerdos de préstamo podrían considerarse injustos. La compensación promedio podría rondar las 700 libras esterlinas por prestatario, y la FCA espera que aproximadamente el 85% de los clientes afectados busquen pagos.
A diferencia del caótico desorden caso por caso que definió la debacle del PPI, la FCA quiere un esquema unificado para toda la industria esta vez. ¿El objetivo? Velocidad, equidad y claridad. El plan final se espera para finales de año, con una decisión clave sobre los plazos de las quejas prevista para el 4 de diciembre de 2025.
"PPI 2.0" — El pasado llama a la puerta
Los defensores de los consumidores no se han andado con rodeos. Martin Lewis, fundador de MoneySavingExpert, ya ha calificado la saga como "PPI 2.0". Su advertencia se volvió viral, lo que llevó a cientos de miles de personas a presentar quejas antes de que la ventana de oportunidad se reduzca. "Los bancos lucharán con uñas y dientes", dijo, instando a los consumidores a no esperar permiso para actuar.
Dentro de Lloyds, la presión aumenta. Durante la junta general anual del banco en mayo de 2025, el denunciante Paul Carlier acusó a la junta directiva de "subestimar" la magnitud de sus pérdidas esperadas, prediciendo que la cifra real podría ascender a miles de millones. Sus comentarios resonaron entre los accionistas frustrados por lo que consideran un patrón recurrente de supervisión deficiente.
Sin embargo, no todo en el último informe de Lloyds fue sombrío. Los ingresos netos por intereses —una medida de cuánto gana el banco prestando dinero— subieron un 7% interanual hasta los 3.450 millones de libras esterlinas, ligeramente por encima de las previsiones. Debajo de la agitación superficial, el negocio principal sigue funcionando.
Aun así, la larga sombra del escándalo se extenderá más allá de 2025. Lloyds ahora espera que los costos operativos aumenten a unos 9.700 millones de libras esterlinas el próximo año mientras lidia con la magnitud del proceso de reclamaciones. En todo el sector, la FCA cree que los costos administrativos y de sistema podrían sumar miles de millones más, estrechando el margen de beneficio para cada prestamista involucrado.
El camino por delante — Nebuloso y traicionero
Los próximos meses resultarán críticos. La decisión de la FCA en diciembre sobre la extensión de los plazos de las quejas mostrará cuán estricto planea ser el regulador. Luego, a principios de 2026, la declaración de política final detallará exactamente cómo se debe calcular y pagar la compensación.
Para Lloyds, los 1.950 millones de libras esterlinas ya reservados podrían ser solo el acto de apertura. La promesa del banco de impugnar las cifras de la FCA prácticamente garantiza un enfrentamiento largo y costoso. El precio de sus acciones, ya inestable, probablemente se mantendrá bajo presión mientras los inversores esperan claridad.
Para millones de conductores británicos, esto marca un reconocimiento largamente esperado de un sistema injusto que silenciosamente drenó sus bolsillos. Para los bancos que lo idearon y se beneficiaron de él, la rendición de cuentas no ha hecho más que empezar — y la factura final podría hacer que el escándalo del PPI parezca un acto de calentamiento.
NO ES ASESORAMIENTO DE INVERSIÓN
