La Reserva Federal Revela el Promedio de Dos Años en las Pruebas de Estrés para Estabilizar los Requisitos de Capital Bancario

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ALQ Capital
9 min de lectura

A la sombra de la Fed: cómo un ajuste técnico a las pruebas de estrés podría rediseñar silenciosamente el panorama bancario

WASHINGTON — En los silenciosos pasillos del poder regulatorio, los cambios a menudo no llegan con bombos y platillos, sino con notas al pie. Esta primavera, la Reserva Federal ha presentado un cambio sutil en su régimen anual de pruebas de estrés para los grandes bancos estadounidenses; un cambio que, aunque se presenta como un ajuste administrativo, podría tener consecuencias duraderas para la estructura de capital del sistema bancario y el perfil de riesgo de los mayores prestamistas del país.

El edificio del Consejo de la Reserva Federal Marriner S. Eccles en Washington, D.C., donde se toman decisiones regulatorias clave. (wikimedia.org)
El edificio del Consejo de la Reserva Federal Marriner S. Eccles en Washington, D.C., donde se toman decisiones regulatorias clave. (wikimedia.org)

Con los inversores analizando cada palabra de las comunicaciones de la Fed en busca de implicaciones en las ganancias, la rentabilidad del capital y el riesgo, la última propuesta ha provocado un cambio de tono cauteloso pero palpable en Wall Street. Lo que está en juego no es solo cómo los bancos gestionan el capital en situaciones de crisis, sino cómo los inversores evalúan la fiabilidad de estas instituciones durante las crisis económicas.


Una nueva fórmula de pruebas de estrés, y una nueva filosofía

El núcleo del nuevo plan de la Fed es una recalibración metódica de cómo determina el Colchón de Capital por Estrés (CCE), el cargo de capital adicional impuesto a los bancos después de sus pruebas de estrés anuales. En lugar de basar los requisitos del CCE en el escenario hipotético de un solo año, la Fed propone ahora promediar los resultados de las pruebas de estrés durante dos años.

El Colchón de Capital por Estrés (CCE) es un requisito de capital establecido por la Reserva Federal de EE. UU. para los grandes bancos. Determinado a través de pruebas de estrés anuales, exige la cantidad de capital adicional que un banco debe mantener para absorber posibles pérdidas y seguir operando durante graves crisis económicas.

Este cambio, según argumentan los funcionarios, atenuará la volatilidad inherente a los cambios de escenario de un año a otro. Es un ajuste que suena modesto. Pero en el preciso mundo de la planificación de la adecuación del capital, tal suavizado estadístico puede señalar un cambio filosófico más profundo: uno que prioriza la previsibilidad sobre la reactividad.

"No es solo un cambio en la fórmula; es un cambio en la postura", dijo un estratega bancario senior que solicitó el anonimato debido a la normativa. "La Fed está señalando que la resiliencia del sistema debe medirse a lo largo del tiempo, no en fotos fijas. Ese es un mensaje sutil, pero poderoso".


De la volatilidad a la estabilidad: ¿Qué está cambiando y por qué ahora?

Las reformas propuestas, publicadas junto con un período de comentarios públicos de 60 días, se producen en medio de una creciente presión por parte de los bancos y los grupos de presión. A finales de 2024, una coalición de asociaciones del sector presentó una demanda contra la Fed, acusándola de falta de transparencia regulatoria y extralimitación procesal en virtud de la Ley de Procedimiento Administrativo. El núcleo de la queja era el marco de las pruebas de estrés, que los críticos han calificado durante mucho tiempo como una "caja negra" con supuestos cambiantes y una supervisión pública insuficiente.

La respuesta de la Fed tiene varios aspectos:

  • Suavización de los cálculos del CCE: Los requisitos de capital reflejarán ahora una media móvil de dos años del rendimiento de las pruebas de estrés, reduciendo la influencia de cualquier escenario adverso único.

  • Postergación de las fechas de entrada en vigor: La implementación de los nuevos niveles del CCE se retrasará del 1 de octubre al 1 de enero, lo que proporcionará a los bancos un trimestre fiscal adicional para ajustar sus balances.

  • Aligeramiento de la carga de datos: Se simplificarán las presentaciones de datos relacionadas con las pruebas de estrés, aunque no se han publicado detalles sobre el alcance o la mecánica de la simplificación.

Es importante destacar que la Fed hizo hincapié en que estos cambios no están diseñados para reducir los requisitos de capital agregados. En cambio, están destinados a reducir el ruido, y esa distinción importa.


Dentro del escenario: un cuchillo económico más afilado

A pesar de la suavización metodológica, el escenario de la prueba de 2025 sigue siendo irregular y severo. Asume una recesión mundial, un aumento del desempleo del 4,1% al 10%, fuertes descensos de los precios de la vivienda y una intensa volatilidad del mercado. Esto no es una suavización del escrutinio regulatorio, sino una agudización de su filo. Los bancos deben seguir demostrando que pueden soportar una catástrofe económica.

Tabla: Tasas de desempleo hipotéticas en EE. UU. en el escenario de pruebas de estrés severamente adversas de la Fed

EscenarioTrimestreTasa de desempleo (%)Cambio desde la base (ppt)
BaseQ4 20244,10,0
Pico severamente adversoQ3 202610,0+5,9

"El promedio atenuará parte del impacto de los cambios bruscos, pero el supuesto subyacente sigue siendo un estrés brutal", dijo un asesor de riesgo regulatorio de un banco de primer nivel. "Esto no es una tarjeta para salir de la cárcel gratis. Es más como una bolsa de aire que se despliega más lentamente".


Lente del inversor: previsibilidad, pero no complacencia

Desde la perspectiva de un inversor, los cambios propuestos introducen una compensación entre previsibilidad del capital y exposición al riesgo macroeconómico.

Se espera que el enfoque de la media permita políticas de dividendos más estables y programas de recompra potencialmente más fluidos, una señal bienvenida para los accionistas hambrientos de rendimiento. Los bancos también podrían enfrentarse a primas de riesgo de capital más bajas, a medida que la niebla que rodea los resultados de las pruebas de estrés se disipa ligeramente.

Sin embargo, los niveles generales de capital requeridos no cambiarán sustancialmente. Para los gestores de activos, esto reduce el potencial de una bonanza desreguladora.

"No estamos en territorio de Basilea ligero aquí", señaló un analista del lado comprador de un gran fondo de pensiones. "Solo estamos cambiando acantilados irregulares por colinas onduladas. El terreno sigue siendo empinado".


¿Transparencia, o solo la ilusión de ella?

Una dimensión más controvertida del plan de reforma está por venir: la futura propuesta de la Fed de revelar los modelos y escenarios utilizados en las pruebas de estrés por adelantado, invitando a comentarios públicos antes de la finalización. Esto podría desmitificar un proceso que durante mucho tiempo ha sido considerado impenetrable por los bancos y opaco para los inversores.

La Ley de Procedimiento Administrativo (APA) es una ley federal fundamental de EE. UU. que dicta cómo las agencias federales desarrollan y emiten regulaciones. Establece los procedimientos para la creación de reglas y la adjudicación de agencias, garantizando la transparencia y la participación pública en el proceso.

Pero los expertos legales advierten que la transparencia no equivale necesariamente a objetividad.

"Revelar los supuestos no elimina la discreción", dijo un experto en regulación de un grupo de expertos de D.C. "Lo que importa es cuánta flexibilidad conservan los reguladores, y si las revelaciones restringen ese poder o simplemente lo disimulan".

Por ahora, la medida se ha presentado como una concesión a la presión legal de la industria, en lugar de una recalibración fundamental de la dinámica de poder.


La demanda de 2024 sigue siendo una nube sobre toda la iniciativa. Dependiendo de cómo interpreten los tribunales la Ley de Procedimiento Administrativo, la Fed podría verse obligada a revisar aún más sus procedimientos de elaboración de normas, lo que podría retrasar o reescribir elementos clave del marco de las pruebas de estrés.

Si los tribunales se ponen del lado de los demandantes, podría validar llamamientos más amplios a la reforma procesal en otras áreas regulatorias, desde las revelaciones de riesgo climático hasta la supervisión de activos digitales. Para el sector bancario, las implicaciones podrían variar desde una mayor previsibilidad hasta una mayor parálisis impulsada por los litigios.

"Existe la posibilidad de que terminemos en un patrón de espera regulatorio", dijo un asesor legal de un banco regional. "Nadie quiere ejecutar un plan de capital en los calendarios judiciales".


El telón de fondo macroeconómico: la previsibilidad no es protección

Quizás lo más importante es que estos cambios no aíslan a los bancos, ni a los inversores, del riesgo macroeconómico. El severo escenario de recesión de la Fed subraya que la planificación del capital es tan buena como el mundo que la rodea.

Incluso con colchones de capital más suaves, la morosidad de los préstamos podría aumentar, la liquidez del mercado podría evaporarse y las pérdidas inmobiliarias podrían morder. La prueba de estrés puede volverse más predecible, pero el estrés que está diseñada para modelar no lo es.

Por esta razón, algunos ven las reformas como simplemente una mejora estructural, no una reducción del riesgo.

"Puedes tener el mejor andamiaje del mundo, pero si el terremoto es lo suficientemente fuerte, algo se va a caer", dijo un estratega de crédito.


El camino a seguir: ¿claridad gradual o ambigüedad prolongada?

El camino inmediato es claro: un período de comentarios de 60 días, seguido de una mayor elaboración de normas a finales de este año. Pero el arco más largo es más complejo.

Es probable que los bancos acojan con satisfacción el respiro operativo y la claridad de la señalización, al tiempo que mantienen la presión para lograr reformas de transparencia más profundas. Los inversores apreciarán una menor incertidumbre sobre el capital, pero seguirán siendo cautelosos en medio de la incertidumbre legal y la volatilidad macroeconómica. Los reguladores, por su parte, están caminando sobre una línea muy fina, equilibrando la flexibilidad con la legitimidad en una era de renovado escrutinio.

Lo que comenzó como un ajuste técnico puede obligar en última instancia a un ajuste de cuentas más fundamental: ¿Puede la regulación ser a la vez predecible y receptiva? ¿Pueden los bancos ser a la vez rentables y resistentes? ¿Y pueden los mercados valorar un riesgo que aún no ha ocurrido, pero para el que hay que estar preparado?

Estas no son preguntas de prueba de estrés. Estas son preguntas de prueba del sistema.


Referencia rápida: Cambios e implicaciones clave

Elemento de reformaRégimen antiguoNueva propuestaImplicaciones estratégicas
Método de cálculo del CCEResultado de 1 añoPromedio de 2 añosMenos volatilidad del capital de un año a otro
Fecha de entrada en vigor de las nuevas normas del CCE1 de octubre1 de enero (año siguiente)Más tiempo de planificación para los bancos
Recogida de datos de las pruebas de estrésAlta cargaSimplificadoReducción de los gastos generales regulatorios
Transparencia en los modelos y escenariosLimitadaPróxima aportación públicaPodría mejorar la confianza de los inversores, o invitar a riesgos políticos
Estado legalImpugnadaEn revisión judicialPotencial de reforma estructural de la elaboración de normas

No es desregulación, sino recalibración

El paquete de reforma de las pruebas de estrés de la Fed no es una revolución. No es una retirada desreguladora. Es una recalibración, destinada a mantener el rigor de la preparación para la crisis, al tiempo que reduce los daños colaterales de la incertidumbre.

Por ahora, los bancos obtienen un manual más claro. Los inversores obtienen una señal más tranquila. Pero ninguno de los dos debe confundir esto con una calma en la tormenta. El sistema simplemente está aprendiendo a respirar de manera más uniforme, incluso mientras se prepara para el próximo choque.

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