
La Fed indica que no habrá cambios en las tasas por ahora, ya que Hammack cita la inflación de los aranceles y los riesgos del mercado laboral
Una pausa estratégica en tiempos turbulentos: por qué la Fed se mantiene a la espera mientras todo se mueve
En medio de aranceles, tensiones y mandatos duales, Hammack, del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, pide paciencia
En un clima definido por vientos cruzados —donde el aumento de la inflación choca con un mercado laboral que se enfría, y aumentan las tensiones comerciales globales— la presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, Beth Hammack, ha emitido una señal clara: ahora no es el momento de apresurarse.
En un discurso el 16 de abril, Hammack envió un mensaje directo a los legisladores, inversores y economistas por igual: el panorama económico actual de Estados Unidos es demasiado incierto para justificar cambios inmediatos en la política de tipos de interés. En cambio, abogó por una mano firme y una estrategia que dependa de los datos, pidiendo paciencia monetaria en medio de un "conjunto difícil de riesgos" que podría conducir tanto a una mayor inflación como a un empleo más débil.
Sus comentarios, si bien están en línea con la guía más amplia de la Fed, subrayan una creciente cautela que está remodelando la forma en que los banqueros centrales y los profesionales financieros están navegando el resto de 2025.
"Un caso sólido para mantener": dentro del cálculo de la Fed para la inacción
En sus comentarios públicos más detallados del año, Hammack enfatizó la complejidad del actual acto de equilibrio de la Fed.
"Existe un caso sólido para mantener la política monetaria estable con el fin de equilibrar los riesgos provenientes de una inflación aún elevada y un mercado laboral en desaceleración", dijo.
El tipo de interés objetivo de los fondos federales se mantiene entre el 4,25% y el 4,5%, un nivel que refleja la senda de endurecimiento seguida a lo largo de 2023 y 2024. Si bien las proyecciones de la Fed aún apuntan a dos posibles recortes de tipos más adelante este año, los comentarios de Hammack sugieren que esos recortes están lejos de estar garantizados.
Lo que impulsa esta cautela no es solo la inflación —que aún ronda el objetivo del 2% de la Fed— sino la ambigüedad en los datos recientes. A principios de 2025 comenzó con un pulso sorprendentemente robusto en la economía, solo para que el ritmo se volviera irregular. Las condiciones financieras se han endurecido desde entonces, impulsadas por las caídas en las acciones, los bonos y el dólar. Para un banco central al que se le ha encomendado garantizar tanto la estabilidad de precios como el máximo empleo, estas señales mixtas no dejan margen para las conjeturas.
Los aranceles como comodín: cómo la política comercial está complicando la misión de la Fed
Si el trabajo de la Fed no fuera ya bastante difícil, la repentina elevación de los aranceles estadounidenses ha añadido otra variable impredecible a la ecuación. Hammack no se anduvo con rodeos al identificar esto como una fuerza disruptiva.
Los recientes aumentos arancelarios, en particular los dirigidos a bienes intermedios clave, están elevando los costes de los insumos para los productores estadounidenses al tiempo que inyectan incertidumbre en las cadenas de suministro mundiales. El efecto es una paradoja: los aranceles pueden elevar la inflación incluso cuando amortiguan la demanda general, un cóctel inútil para los responsables de la política monetaria.
"Estos cambios en el régimen comercial podrían impulsar los precios al tiempo que también deprimen potencialmente el crecimiento económico", advirtió Hammack.
Las consecuencias son estratificadas. Para las empresas nacionales que dependen de proveedores globales, el coste de reconfigurar las cadenas de suministro o absorber los precios de importación más altos tiene implicaciones inmediatas en el balance. Para los consumidores, el aumento de los precios en las categorías afectadas por los aranceles —en particular los bienes duraderos— ya está empezando a cambiar el comportamiento de gasto.
Algunos analistas financieros sugieren que la Fed está subestimando el efecto deflacionario a largo plazo de la débil demanda mundial que compensa las subidas de precios a corto plazo impulsadas por los aranceles. Otros argumentan que el riesgo reside en lo contrario: que si las expectativas de inflación se desanclan ahora, controlarlas más adelante será más costoso.
Mandato dual, doble problema: inflación y empleo en un equilibrio frágil
La misión estatutaria de la Fed —la estabilidad de precios y el pleno empleo— ahora está empujando a los responsables de la política en direcciones opuestas.
Los comentarios de Hammack reconocieron esto explícitamente: "Veo riesgos en ambos lados de nuestro mandato dual que podrían conducir a resultados de inflación más altos y a resultados de menor crecimiento y empleo en el corto y mediano plazo".
Este no es un dilema académico. Los datos del mercado laboral han mostrado signos de tensión. La contratación se ha ralentizado en sectores que van desde la tecnología hasta la logística, mientras que el crecimiento salarial —que antes era un motor de los temores de inflación— se ha aplanado. Aunque el desempleo se mantiene por debajo de los promedios históricos, su trayectoria está empezando a tambalearse.
Al mismo tiempo, las lecturas de la inflación no se han suavizado lo suficiente como para generar confianza en una tendencia de enfriamiento sostenido. La persistente inflación subyacente, especialmente en los servicios, sugiere que los recortes de tipos podrían reactivar la presión sobre los precios prematuramente.
Flexibilidad estratégica: no un giro, sino una disposición a moverse
Si bien el tono de Hammack fue cauteloso, dejó espacio para la acción, en cualquier dirección.
"Si el crecimiento flaquea y la inflación se modera, los recortes de tipos —incluso los rápidos— podrían estar justificados. Por el contrario, si el mercado laboral sigue siendo fuerte y la inflación aumenta, es posible que la política deba volverse más restrictiva".
Esta condicionalidad revela la verdadera intención: la opcionalidad. La Fed no está paralizada; está preservando su capacidad de actuar solo cuando esté justificado. Para los inversores profesionales y las instituciones que gestionan la duración y la exposición al crédito, esto significa modelar una gama más amplia de escenarios, con menos certeza sobre el momento oportuno.
Lo que piensan los mercados: un rompecabezas complejo sin piezas fáciles
Aún funcionando, pero deshilachándose
A pesar de la mayor volatilidad, los mercados financieros estadounidenses están funcionando, según Hammack. Sin embargo, "funcionando" no significa "estable".
Los índices bursátiles se han vuelto cada vez más sensibles a las publicaciones de datos. La volatilidad del mercado de bonos, medida por el índice MOVE, sigue siendo elevada. Y el dólar, después de un breve aumento en el primer trimestre, se ha debilitado en medio de las preocupaciones sobre el impacto a largo plazo de la política comercial proteccionista.
Algunos estrategas de renta fija ven el entorno actual como un punto dulce para las operaciones de carry trade, mientras que otros se están volviendo cautelosos ante las primas de riesgo comprimidas que pueden no reflejar con precisión la niebla política que se avecina.
Tensiones bajo la superficie: cómo están reaccionando las partes interesadas
Empresas
Las empresas están sorteando el aumento de los costes de los insumos, los vientos en contra de la financiación y las trayectorias de demanda poco claras. Los gastos de capital se están aplazando en múltiples sectores —desde la industria hasta el desarrollo inmobiliario— a medida que las empresas esperan señales económicas más claras. Para las corporaciones multinacionales, el régimen arancelario está obligando a costosas recalibraciones de la logística global.
Consumidores
El aumento de los costes de importación se está filtrando lentamente en el Índice de Precios al Consumidor, y los bienes duraderos muestran los aumentos de precios más pronunciados. Si bien las presiones salariales han disminuido, las ganancias salariales reales están siendo erosionadas por el aumento de los costes en sectores clave como la vivienda y la atención médica.
Instituciones financieras
Los prestamistas están reevaluando los modelos de crédito, particularmente en las carteras de consumo y de pequeñas empresas. "Estamos haciendo pruebas de estrés de forma más agresiva que incluso hace un año", dijo un estratega de crédito sénior de un importante banco.
Inversores: jueguen a la defensiva, prepárense para la ofensiva
Para los inversores institucionales, la cautela de Hammack debe verse no como pasividad, sino como una señal.
En este tipo de entorno macroeconómico, la generación alfa depende no solo de la direccionalidad, sino también de la agilidad. La moderación de la Fed implica que el primer recorte de tipos —si llega— probablemente coincidirá con cambios más definitivos en los indicadores económicos. Esto crea tanto riesgo como oportunidad.
Estrategias clave para los inversores:
- Gestión de la duración: en la renta fija, la exposición escalonada ofrece protección contra las perturbaciones de los tipos en cualquier dirección.
- Reequilibrio sectorial: los sectores sensibles a los tipos, como el inmobiliario y los servicios públicos, pueden tener un rendimiento inferior a menos que los recortes de tipos se materialicen rápidamente.
- Cobertura entre activos: el oro y los activos vinculados a las materias primas podrían tener un rendimiento superior si crecen los riesgos de estanflación.
- Diversificación geográfica: las tensiones arancelarias y la inflación interna hacen que la diversificación internacional sea más atractiva, aunque los riesgos geopolíticos deben gestionarse con cuidado.
Un intermedio de alto riesgo
Los comentarios de Beth Hammack del 16 de abril no son meramente una reiteración de la ortodoxia de la Fed. Son un mensaje codificado para los participantes del mercado, que sugiere que el banco central es muy consciente de lo estrecho que se ha vuelto el camino.
Los aranceles están remodelando la compensación entre inflación y crecimiento. Los mercados laborales están mostrando signos de advertencia tempranos. Las condiciones financieras se están endureciendo. Y la Fed, atrapada entre la necesidad de actuar y el riesgo de extralimitarse, está optando por esperar.
Pero no está esperando pasivamente. Al mantener la espera, preserva la opcionalidad. Al señalar la cautela, pretende anclar las expectativas. Para los inversores profesionales, los próximos meses no se tratarán de reaccionar a la política, sino de anticipar cuándo la Fed decide que ha visto lo suficiente como para moverse.
Ese momento aún no ha llegado. Pero cuando lo haga, es probable que redefina el resto de 2025.
Tabla: la postura de Hammack en comparación con la Fed en general
Área de política | Punto de vista de Hammack | Orientación más amplia de la Fed |
---|---|---|
Política de tipos de interés | Mantener la estabilidad, reevaluar después de obtener más datos | Mantener la estabilidad con posibilidad de recortes |
Impacto de los aranceles/el comercio | Añade incertidumbre, presiona los precios, puede amortiguar el crecimiento | Reconocido como un importante viento en contra |
Preocupaciones sobre el mercado laboral | Debilitamiento, lo que plantea un riesgo para el mandato de empleo | Reconocido, pero aún no es el detonante principal |
Gestión de la inflación | Elevada, pero no en espiral: justifica la paciencia | Justifica una senda cautelosa a seguir |
Flexibilidad de la política | Se ajustará rápidamente si el crecimiento o la inflación cambian bruscamente | Igual: impulsada por los datos, contingente al escenario |
Funcionamiento del mercado | Tenso, no roto | Requiere vigilancia en medio de condiciones de endurecimiento |
Conclusión clave para los inversores: Una Fed paciente no significa una Fed complaciente. Posicionarse en consecuencia.