
Empresas chinas se apresuran a pagar salarios atrasados a medida que las protestas de los trabajadores escalan en medio de la desaceleración económica
Crisis Salarial en China: Las Empresas Empiezan a Pagar Décadas de Trabajo No Remunerado
PEKÍN — En el vasto distrito industrial de Wuxi, miles de trabajadores se congregaron en marzo a las afueras de la planta de fabricación de vehículos eléctricos de BYD. Sus protestas resonaron en las plataformas de redes sociales de China antes de ser rápidamente eliminadas por los censores. Su queja era familiar para millones en todo el país: salarios prometidos que nunca se materializaron.
«Se nos dijo que nuestra compensación permanecería inalterada durante al menos 18 meses después de la adquisición», declaró un trabajador que solicitó el anonimato por temor a represalias. «En seis meses, nuestras bonificaciones por rendimiento desaparecieron y las asignaciones esenciales fueron recortadas sin explicación».
Esta escena, antaño habitual pero normalmente oculta a la vista pública, representa un cambio sorprendente en el panorama laboral de China. Empresas de todo el país están pagando de repente salarios atrasados en cifras sin precedentes, un fenómeno que, según los expertos, revela profundas desigualdades estructurales en la segunda economía más grande del mundo.
La Brecha Creciente entre el Trabajo y el Capital
Las raíces de esta crisis son profundas. Una investigación de la Facultad de Economía de la Universidad de Pekín pinta un panorama sombrío: desde que comenzó la reforma y apertura de China, la participación del trabajo en el PIB se ha erosionado constantemente. Mientras que las economías desarrolladas suelen ver que los salarios representan aproximadamente el 50% de los costes operativos de las empresas, las compañías chinas promedian solo el 10%. La disparidad se extiende al nivel nacional, donde la compensación laboral representa aproximadamente el 20% del PIB de China, en comparación con el 58% en Estados Unidos, el 56% en el Reino Unido y el 53% en Japón.
Este declive ha sido implacable. La compensación laboral alcanzó un máximo del 56.5% del PIB en 1983 antes de caer en picado al 36.7% en 2005, una caída de 20 puntos porcentuales en 22 años. Las dos décadas siguientes vieron una disminución adicional de 16 puntos porcentuales, creando lo que los economistas describen como una grave distorsión económica.
«Lo que estamos presenciando no es simplemente eficiencia de mercado, es un desequilibrio de poder fundamental», afirmó un economista de un destacado centro de estudios de Pekín. «La participación del capital en el PIB aumentó en 20 puntos porcentuales, mientras que la del trabajo cayó en más de 40. Esto no es sostenible ni económica ni socialmente».
El Malestar de los Trabajadores Alcanza su Punto de Ebullición
El sentimiento entre la fuerza laboral china refleja este desequilibrio. Una encuesta exhaustiva realizada por la Federación Nacional de Sindicatos de China reveló que el 75.2% de los trabajadores cree que la distribución de ingresos es injusta, y el 61% identifica los salarios bajos para los trabajadores comunes como la inequidad más significativa.
La magnitud del problema sigue siendo considerable. En 2024, las fiscalías chinas procesaron a 1,866 individuos por no pagar la compensación laboral, un aumento del 7.3% respecto al año anterior. Estas acciones de cumplimiento recuperaron más de 244 millones de yuanes (aproximadamente 33.6 millones de dólares estadounidenses) en salarios impagados, pero representan solo una fracción del total de los atrasos.
Los datos sobre disputas laborales revelan la persistencia del problema, con aproximadamente 1,508 huelgas o protestas colectivas reportadas en 2024, concentradas principalmente en centros de fabricación como la provincia de Cantón (Guangdong). Aunque los atrasos salariales siguen siendo la principal causa de las acciones de los trabajadores, la proporción ha fluctuado: del 95.13% de los incidentes en enero de 2024 al 80.77% en marzo.
La Defensa de Tres Niveles contra los Derechos de los Trabajadores
Los trabajadores que buscan una compensación se enfrentan a lo que los defensores de los derechos laborales describen como una barrera de tres niveles para la justicia.
«El sistema está diseñado para agotar a los trabajadores antes de que reciban lo que se les debe legalmente», explicó un abogado de derechos laborales en Shanghái. «Cuando los trabajadores apelan emocionalmente, los empleadores citan reglamentos. Cuando los trabajadores siguen los reglamentos, los empleadores invocan tecnicismos legales. Cuando los trabajadores persiguen vías legales, los empleadores recurren a tácticas deshonestas».
Este patrón —resumido por los activistas laborales como «Los trabajadores hablan de sentimientos, tú hablas de reglas; los trabajadores hablan de reglas, tú hablas de leyes; los trabajadores hablan de leyes, tú juegas sucio»— ha