
El Hito de los 4 Billones de Dólares: El Impulso del Hardware de Apple y la Apuesta por la IA de Microsoft Redefinen el Nuevo Orden Tecnológico
El hito de los $4 billones: El impulso del hardware de Apple y la jugada maestra de la IA de Microsoft redefinen el nuevo orden tecnológico
El último repunte del iPhone impulsa a Apple más allá de los $4 billones, mientras que Microsoft redobla su apuesta por la IA con OpenAI. Sus caminos hacia el dominio no podrían ser más diferentes, y ese contraste revela cómo la Gran Tecnología está evolucionando en la era de la inteligencia artificial.
El martes por la mañana, Apple rozó brevemente una cifra histórica: una capitalización bursátil superior a los $4 billones. Con ello, el fabricante del iPhone se unió a un trío de élite junto a Nvidia y Microsoft, compañías que, hace un año, aún no habían imaginado esta magnitud.
Pero la verdadera historia no se trata solo de superar otro hito. Se trata de cómo Apple y Microsoft, dos titanes que una vez compitieron por software y diseño, ahora corren por caminos divergentes hacia la misma línea de meta: el dominio tecnológico en un mundo impulsado por la IA.
El repunte de Apple llegó a la antigua usanza: a través de las ventas de gran éxito del iPhone. La demanda de la última línea de productos de la compañía superó con creces las expectativas. Desde su lanzamiento el 9 de septiembre, las acciones han subido alrededor de un 13%, transformando un año flojo en una racha récord que llevó el valor a nuevos máximos cercanos a los $269.
Microsoft, por otro lado, recuperó el título de los $4 billones gracias a una audaz apuesta por la IA. Cerró un nuevo acuerdo con OpenAI, asegurándose una participación del 27% en el laboratorio de IA más famoso del mundo, valorado ahora en unos $500 mil millones. Ese acuerdo, que se extiende hasta 2032, consolida a Microsoft como la columna vertebral de la infraestructura y la investigación de OpenAI, una asociación estratégica que remodela los cimientos mismos de la computación moderna.
Dos compañías. Dos estrategias. Una cifra asombrosa. Y una gran pregunta: ¿qué enfoque resistirá el paso del tiempo?
El poder del ecosistema de Apple
Chris Zaccarelli, director de inversiones de Independent Advisor Alliance, lo resumió claramente: "El iPhone representa más de la mitad de los beneficios y los ingresos de Apple. Cuantos más dispositivos posee la gente, más se adentran en el mundo de Apple."
Ese "mundo" es la mayor fortaleza de Apple: una red fluida de hardware y servicios diseñada para mantener a los usuarios firmemente dentro de su ecosistema. Este modelo no es nuevo, pero claramente sigue funcionando. Los analistas dicen que la demanda del iPhone 17, incluso en mercados difíciles como China, ha sido más fuerte de lo esperado. Los temores iniciales de que las limitaciones de la IA de Apple en China pudieran dañar las ventas han empezado a disiparse.
JP Morgan elevó recientemente su precio objetivo sobre Apple, citando una creciente confianza en el ciclo de productos actual. Los rumores de un modelo "Air" rediseñado y el entusiasmo en torno a la línea del iPhone 17 han provocado una nueva ola de reemplazos, un ciclo que históricamente ha recompensado a los accionistas de Apple.
Ese breve momento por encima de los $4 billones, aunque fugaz, demostró la fe de Wall Street en la solidez de la compañía. La acción de Apple alcanzó los $269,82 antes de retroceder ligeramente, negociándose activamente más de 12 millones de acciones a media mañana.
Aun así, bajo la celebración subyace una verdad más delicada: el camino a seguir de Apple puede ser más frágil de lo que parece.
La cuerda floja de la valoración
Aproximadamente a $268 por acción, Apple cotiza a unas 30 veces sus beneficios pasados, ligeramente más cara que Microsoft. Sin embargo, tiene mucha menos claridad sobre cómo planea monetizar la IA. Su crecimiento a corto plazo depende en gran medida de las ventas del iPhone, no del software de próxima generación.
En términos sencillos, Apple está valorada como una potencia en IA, pero todavía funciona con un motor de hardware. Esa es la paradoja con la que los inversores están lidiando.
PERSPECTIVA INTERNA: El descuento del “rezagado en IA” que no existe
Ahora mismo, el repunte de Apple no se debe a la euforia por la IA. Se trata de un sólido ciclo de hardware y una narrativa estable en China que refuerza las expectativas de beneficios. El efecto volante, donde los dispositivos impulsan las ventas de servicios y los servicios mantienen la lealtad de los usuarios, sigue vivo y se mantiene vigente.
Sin embargo, con la acción cotizando con una prima, las cuentas se complican. Si los servicios de Apple —iCloud, App Store, Apple Music— siguen subiendo, la valoración se mantiene. Pero si el ciclo del iPhone resulta ser solo “bueno”, no “excelente”, esa prima podría empezar a tambalearse.
Hay mucho que destacar: un sólido rendimiento en China, una fuerte demanda y un modelo probado que vincula el hardware con los ingresos recurrentes. Pero también hay mucho que observar. El lanzamiento de “Apple Intelligence”, el conjunto de IA retrasado de la compañía, sigue siendo una incógnita. Y los reguladores globales están al acecho, escudriñando las tarifas de la App Store y los sistemas de pago predeterminados que impulsan los beneficios de Apple.
Conclusión: Apple merece crédito por el ciclo, pero a los $4 billones, el margen de error es mínimo. ¿Dinero inteligente? Comprar en las caídas, no en los titulares.
La audaz apuesta de Microsoft por la IA
Mientras Apple fomenta la lealtad a través de los dispositivos, Microsoft está construyendo el futuro a través de la infraestructura de IA. Su nuevo acuerdo con OpenAI no se trata solo de poseer una parte de una startup en auge, se trata de ser dueño de las bases sobre las que funciona la IA.
El acuerdo transforma a OpenAI en una sociedad de beneficio público, liberándola para recaudar capital y aclarando su estructura. Microsoft se lleva una participación del 27% —valorada en unos $135 mil millones— y un contrato extendido para alimentar los modelos de OpenAI a través de Azure durante los próximos años.
Para el ojo inexperto, eso parece una inversión enorme para una empresa que todavía está perdiendo dinero. Pero eso es pasar por alto lo esencial.
PERSPECTIVA INTERNA: El verdadero premio no es la participación, es el acceso
Microsoft no solo compró una participación; aseguró una posición privilegiada. El acuerdo asegura su influencia en toda la pila tecnológica de IA, desde el desarrollo del modelo hasta la distribución y el despliegue. Azure se convierte en la autopista de peaje por la que todos circulan. Cada vez que OpenAI entrena o sirve un modelo, Microsoft recibe un pago.
Aún mejor, Microsoft tiene las llaves de Copilot, su conjunto de herramientas de IA ya integradas en Office, GitHub y Dynamics. Eso representa ingresos de software de alto margen con un enorme potencial de escala.
Sin embargo, persisten los desafíos. Ejecutar cargas de trabajo masivas de IA es costoso, y los beneficios dependen de hacer esas operaciones más eficientes. Los reguladores también podrían empezar a cuestionar cómo una sola empresa puede dominar tanto la infraestructura como la capa de aplicaciones de la IA.
Conclusión de Microsoft: Compra fuerte. El acuerdo elimina el riesgo de gobernanza, consolida su liderazgo en IA y mantiene a Microsoft en el centro de la economía de la IA. En un mercado que paga el mismo múltiplo por Apple, la historia de crecimiento de Microsoft parece más clara y sostenible.
Tres titanes, tres caminos, un club
Nvidia, Microsoft y Apple: tres compañías, cada una valorada en unos $4 billones, cada una por una razón completamente diferente.
Nvidia llegó primero, montada en la ola de demanda de chips de IA que impulsan desde ChatGPT hasta los sistemas de conducción autónoma de Tesla. Microsoft le siguió, impulsada por sus asociaciones de IA y su dominio del software empresarial. Apple llegó la última, impulsada no por la innovación en IA, sino por un superciclo del iPhone que se niega a morir.
La misma cifra, motores diferentes. Y solo uno —Microsoft— tiene una línea clara desde la euforia de la IA hasta el beneficio.
PERSPECTIVA INTERNA: Dónde residen las operaciones inteligentes
Idea de inversión uno: Apueste a largo en Microsoft, a corto en Apple. La brecha de valoración no tiene sentido cuando Microsoft tiene un camino visible de monetización de la IA y Apple no. Espere entre 500 y 700 puntos básicos de rendimiento superior en un plazo de 6 a 12 meses.
Idea de inversión dos: Deshágase de Apple en días eufóricos. El repunte de la acción parece exagerado. Es más seguro comprar en las correcciones cuando las ventas del iPhone se mantengan fuertes.
Idea de inversión tres: Cubra riesgos con equilibrio. Microsoft para la "autopista de peaje de la IA", Nvidia para el hardware y quizás Salesforce para la exposición al software. Diversifique su riesgo en todo el ecosistema.
El panorama general
La entrada de Apple al club de los $4 billones añade diversidad al ranking. Demuestra que no todos los ganadores en tecnología tienen que estar impulsados por chips de IA o centros de datos. Pero también plantea una pregunta clave: ¿puede Apple mantener su elevada valoración sin demostrar su destreza en IA?
Por ahora, el mercado parece paciente. Pero la paciencia se agota rápidamente en Wall Street. Apple necesita demostrar que “Apple Intelligence” puede traducirse en dólares reales: mayores ventas de dispositivos, paquetes de servicios más grandes y usuarios más comprometidos.
Microsoft, por su parte, ya ha convertido sus inversiones en IA en crecimiento. Los ingresos de Azure ligados a las cargas de trabajo de IA siguen aumentando, y sus herramientas Copilot están siendo adoptadas en todo el mundo corporativo. Con su asociación con OpenAI asegurada a largo plazo, el efecto volante de la IA de Microsoft gira más rápido cada trimestre.
Ambas compañías pueden estar valoradas en $4 billones hoy, pero están apostando por visiones de futuro completamente diferentes. Una apuesta por la lealtad al ecosistema y un diseño atemporal. La otra apuesta por la infraestructura, los datos y el software como el andamiaje de la era de la IA.
No pueden tener razón ambas para siempre.
El camino a seguir
Para Apple, los próximos trimestres serán críticos. Los inversores estarán atentos a las ventas en China, los desarrollos regulatorios en la App Store y la rapidez con la que la compañía puede implementar sus funciones de IA. Si “Apple Intelligence” fracasa, la acción podría perder altitud rápidamente.
Para Microsoft, el foco se centra en la ejecución: cuán eficientemente puede escalar la infraestructura de IA y mantener su ventaja mientras otros proveedores de la nube persiguen asociaciones similares a la de OpenAI. Los reguladores también están observando, recelosos de que una empresa controle tanto la infraestructura como el producto.
Para todos los demás, este momento es un baño de realidad. Solo tres compañías tienen ahora capitalizaciones de mercado mayores que las economías de la mayoría de las naciones. Esa concentración dice tanto sobre la fe de los inversores en la tecnología como sobre el decreciente número de actores que moldean el futuro digital.
El próximo capítulo de esta rivalidad no solo decidirá qué acción tiene mejor rendimiento. Definirá cómo evoluciona la propia tecnología en una era gobernada por la inteligencia artificial, y quién gana realmente la carrera por poseerla.
NO ES ASESORAMIENTO DE INVERSIÓN