Amazon Intenta Proteger Su 'Foso' de Perplexity—Pero el Futuro Ya Se Está Filtrando

Por
Anup S
5 min de lectura

Amazon intenta proteger su fortaleza de Perplexity, pero el futuro ya se está filtrando

SEATTLE — Amazon acaba de lanzar un golpe que ha sacudido todo el mundo de la IA. El gigante tecnológico envió una carta formal de cese y desista a Perplexity, una startup de búsqueda con IA, exigiéndole que deje de usar agentes de IA para realizar compras automatizadas en el sitio de Amazon. La carta, confirmada por fuentes familiarizadas con el asunto, no fue sutil: acusó a Perplexity de violar los términos de servicio de Amazon y aludió a un "fraude informático". La medida marcó el último paso en la campaña silenciosa de Amazon para blindar su mercado online de una nueva generación de compradores digitales autónomos.

La carta de Amazon acusaba a los agentes de IA de Perplexity de actuar como intermediarios ocultos para compradores humanos, interrumpiendo la experiencia del cliente y planteando riesgos de privacidad. Perplexity, sin embargo, pintó una imagen muy diferente. En su respuesta, la compañía calificó a Amazon de monopolista que intimida a sus rivales para proteger su enorme negocio publicitario. Lo que podría parecer una disputa legal es en realidad algo mucho más grande: una batalla decisiva sobre el futuro de las compras online, donde los gigantes de internet de la vieja guardia se enfrentan a agentes de IA independientes construidos para comprar directamente para los usuarios.

Defendiendo una fortaleza de 56 mil millones de dólares

Para entender la reacción de Amazon, hay que mirar más allá del lenguaje legal. En el fondo, esto se trata de dinero, específicamente del imperio publicitario de 56 mil millones de dólares de Amazon, que depende de controlar cada paso del viaje del comprador. Cada búsqueda, clic y sugerencia de producto en Amazon.com representa ingresos publicitarios. Las marcas pagan grandes sumas por esos puestos destacados.

Ahora imagine agentes de IA que pueden buscar en toda la web, comparar precios y comprar productos sin tener que visitar el sitio de Amazon. Eso es una pesadilla para Amazon. Estos compradores digitales podrían saltarse sus anuncios por completo, reduciendo miles de millones en ingresos potenciales y socavando todo el modelo de negocio de la plataforma.

Y esto no es solo un "qué pasaría si". Informes de la industria muestran que, desde que Amazon comenzó a reforzar sus defensas contra los bots a principios de este año, ajustando el código y bloqueando rastreadores automatizados, las referencias de tráfico de los chatbots cayeron hasta un 25%. El cese y desista enviado a Perplexity es solo la parte visible del esfuerzo mucho más profundo de Amazon para reforzar sus muros digitales.

El CEO Andy Jassy insiste en que Amazon planea "encontrar formas" de trabajar con agentes de IA externos, pero sus comentarios sobre su personalización deficiente y datos poco fiables dejan clara la postura de la compañía: la colaboración solo se dará bajo los términos de Amazon. Mientras tanto, Amazon está construyendo su propio comprador de IA interno, "Rufus", y probando una función "Comprar por Mí". El mensaje no podría ser más claro: la IA es bienvenida, pero solo si lleva la insignia de Amazon.

Atrapados en el fuego cruzado: Un nuevo frente comercial

Este enfrentamiento pone la promesa de las compras impulsadas por IA en una encrucijada. Para los consumidores, los agentes de IA representan libertad y comodidad. Imagine esto: escribe, "Encuéntrame las mejores zapatillas de correr ecológicas por menos de 100 dólares", y en segundos, la IA compara reseñas, precios y tiendas para conseguirle la mejor oferta. Ese es el sueño. Pero a medida que empresas como Amazon restringen el acceso a sus datos, ese sueño comienza a desmoronarse. El AI de Perplexity ahora podría tener que evitar Amazon por completo, dejando a los usuarios sin acceso al mercado online más grande del mundo.

Luego están los pequeños comerciantes —millones de ellos— que dependen de Amazon para sus ventas. Están atrapados en el medio. Un solo cambio en las reglas de Amazon puede arruinar o salvar su negocio. Si se permitiera a los agentes de IA moverse libremente, estos vendedores podrían llegar a los clientes directamente, evitando las comisiones y las clasificaciones de Amazon. Pero con Amazon bloqueando a esos agentes, las tiendas más pequeñas corren el riesgo de caer en el olvido.

Perplexity no es precisamente un desvalido inmaculado, sin embargo. La compañía ya enfrenta demandas de The New York Times y Reddit por el raspado de datos. Eso complica su imagen como innovador puro. Aun así, esta disputa con Amazon destaca un problema mayor: a medida que internet se vuelve más restringida, los sistemas de IA se ven obligados a extraer datos de lo que queda abierto, o a operar a ciegas. Irónicamente, eso es lo que lleva al tipo de inexactitudes por las que Amazon critica a las herramientas de IA.

Un Convenio de Ginebra digital para el comercio: El caso de un catálogo abierto

Este enfrentamiento entre Amazon y Perplexity expone una grave deficiencia en la economía digital actual. El comercio impulsado por IA no puede prosperar si depende de colarse a través de cortafuegos corporativos. El sistema actual —basado en el raspado de datos y la imitación del comportamiento humano— no es sostenible. Se encamina a interminables batallas legales, bloqueos técnicos y una peor experiencia para todos los involucrados. La solución no es un mejor bot; es una mejor internet.

Imagine esto: un catálogo abierto y estandarizado donde cada comerciante —grande o pequeño— pueda publicar datos de productos como precios, inventario y detalles de envío en un formato simple y legible por máquinas. Piense en ello como un feed RSS para las tiendas online del mundo o una API abierta para el comercio global.

En ese mundo, los agentes de IA no necesitarían disfrazarse o raspar sitios web. Podrían acceder directamente a datos precisos y públicos y recomendar productos basándose en el valor y la calidad, no en los presupuestos publicitarios. Para los vendedores, eso significa libertad del recorte del 15% de Amazon y su impredecible sistema de clasificación. Para los compradores, desbloquea lo que la IA pretendía hacer en primer lugar: encontrar la mejor oferta de forma rápida, transparente y justa.

Construir un sistema así no será fácil. Requerirá que comerciantes, desarrolladores de IA y plataformas como Shopify trabajen juntos para crear un marco fiable, en tiempo real y legalmente sólido. Pero sin él, el futuro del comercio electrónico pertenecerá a quien tenga los bolsillos legales más profundos, no a las mejores ideas.

El enfrentamiento entre Amazon y Perplexity no es solo sobre una carta o una empresa. Se trata de quién controla el próximo capítulo de las compras online: la web abierta e innovadora que nos prometieron, o un mercado cerrado dirigido por un puñado de gigantes digitales. El resultado decidirá si la IA sirve a las personas o a las plataformas.

NO ES UN CONSEJO DE INVERSIÓN

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