La brecha del silicio: AWS cierra su último laboratorio de IA en China mientras se acelera el desacoplamiento tecnológico
Laboratorios fantasma y huellas que se desvanecen
Amazon Web Services (AWS) ha disuelto su Instituto de Investigación de IA de Shanghái, el último centro de investigación internacional que le quedaba en China. El cierre, anunciado sin gran alarde a través de una publicación en redes sociales por Wang Minjie, Científico Principal de Aplicaciones del instituto, marca otro retroceso en lo que los expertos denominan "el fin de una era" para la colaboración entre Estados Unidos y China en inteligencia artificial avanzada.
"Los últimos seis años al frente de este equipo coincidieron con la era dorada de los institutos de investigación extranjeros en China", escribió Wang en su mensaje de despedida. Su publicación reveló los impresionantes logros del instituto, incluido el desarrollo de Deep Graph Library (DGL), un marco de código abierto para redes neuronales de grafos que, según se informa, generó casi 1.000 millones de dólares en ingresos para las operaciones de comercio electrónico de Amazon.
Fundado en otoño de 2018 bajo el liderazgo de Zhang Zheng, profesor de informática en la Universidad de Nueva York en Shanghái, el instituto se había forjado una reputación de excelencia científica desproporcionada a su tamaño. "Incluso como un equipo del tamaño de un laboratorio, logramos un éxito rotundo en las conferencias de primer nivel en aprendizaje automático y sistemas, publicando más de 100 artículos destacados", señaló Wang en su publicación.
El gran éxodo tecnológico
La medida de Amazon está lejos de ser aislada. Sigue un patrón de prominentes gigantes tecnológicos occidentales que han estado reduciendo sus operaciones chinas a lo largo de 2024 y hasta 2025, transformando lo que alguna vez fue un goteo en un flujo constante de salidas.
En marzo, IBM cerró su división de I+D en China después de 32 años de operación, lo que resultó en aproximadamente 1.800 despidos. Microsoft, según se informa, ha estado reduciendo gradualmente su laboratorio de IA en Shanghái, reubicando a cientos de especialistas en instalaciones en Estados Unidos, Australia, Irlanda y otros lugares.
"Lo que estamos presenciando no es simplemente una reestructuración corporativa, es la manifestación física del desacoplamiento digital", explicó un investigador de políticas tecnológicas en un centro de estudios de Washington que solicitó el anonimato debido a la sensibilidad de las relaciones entre Estados Unidos y China. "Las empresas no solo están trasladando oficinas; están reubicando capital intelectual, conocimiento propietario y potencial de innovación futura".
Atrapados en el fuego cruzado de la competencia entre grandes potencias
El éxodo refleja la profundización de las tensiones entre las dos economías más grandes del mundo, particularmente en el ámbito de las tecnologías avanzadas. Los analistas de la industria señalan varios factores impulsores detrás de esta tendencia.
"Las empresas tecnológicas estadounidenses ahora enfrentan una tormenta perfecta de regulaciones contradictorias", señaló un consultor tecnológico con sede en Shanghái. "Washington impone controles de exportación cada vez más estrictos sobre los chips de IA y los servicios en la nube, mientras que Pekín implementa requisitos de localización de datos y revisiones de ciberseguridad más rigurosos. Operar en ambos entornos se ha vuelto casi imposible".
El gobierno de Estados Unidos ha intensificado las restricciones no solo sobre las exportaciones de hardware, sino también sobre el acceso a la nube y las colaboraciones de investigación, con el objetivo de frenar el desarrollo de capacidades de IA de vanguardia en China. Mientras tanto, las regulaciones chinas que exigen que los proveedores de la nube extranjeros se asocien con empresas locales han añadido capas de complejidad e incertidumbre.
Fuga de talento e impacto en la innovación
Quizás lo más preocupante para ambos ecosistemas es el impacto en los flujos de talento y la innovación colaborativa. La disolución de centros de investigación como el de AWS Shanghái crea efectos dominó en toda la comunidad global de IA.
"Estos laboratorios no eran solo puestos de avanzada corporativos, eran puentes entre comunidades técnicas", dijo un ex empleado de la división de investigación en China de un gigante tecnológico estadounidense. "La verdadera tragedia aquí es la oportunidad perdida para el intercambio de ideas que históricamente ha acelerado la innovación en ambos países".
Para los profesionales tecnológicos chinos, estos cierres presentan opciones difíciles entre permanecer en China o reubicarse para seguir trabajando con empresas globales. Para las empresas estadounidenses, el retroceso significa un acceso potencialmente disminuido al vasto grupo de talento en IA de China, que ha sido fundamental en muchos avances revolucionarios.
La bifurcación de la IA global
Las consecuencias de este desacoplamiento tecnológico se extienden mucho más allá de los balances corporativos. Los expertos prevén el surgimiento de ecosistemas de IA paralelos con diferentes estándares, conjuntos de datos y trayectorias de desarrollo.
"Estamos presenciando la balcanización de lo que alguna vez fue una comunidad global de IA", observó un experto en políticas tecnológicas internacionales. "Proyectos de código abierto como DGL que se beneficiaron de diversas contribuciones globales probablemente se fragmentarán en variantes regionales, lo que podría ralentizar el progreso general".
La separación parece cada vez más inevitable. OpenAI anunció recientemente planes para interrumpir el acceso a la API para usuarios en China continental a partir de julio de 2025, afectando directamente a innumerables startups y empresas chinas que habían estado aprovechando los servicios de IA generativa con sede en EE. UU.
Perspectivas de inversión: navegando la nueva realidad
Para los inversores que observan cómo se desarrolla este desacoplamiento tecnológico, el panorama presenta tanto desafíos como oportunidades.
Los analistas de mercado sugieren que los campeones nacionales chinos como Alibaba, Baidu, Tencent y Huawei podrían experimentar un crecimiento acelerado a medida que llenan el vacío dejado por las empresas occidentales que se marchan. "Estas empresas pueden experimentar un impulso significativo en sus negocios de nube e IA a medida que los clientes corporativos buscan alternativas locales", sugirió un analista tecnológico sénior de un banco de inversión asiático.
Por el contrario, las empresas tecnológicas occidentales con una exposición significativa a China pueden enfrentar vientos en contra a corto plazo a medida que absorben los costes de reestructuración y las oportunidades de mercado perdidas. Sin embargo, algunos expertos creen que el panorama a largo plazo podría ser más positivo a medida que estas empresas redirigen recursos hacia mercados menos complicados geopolíticamente.
"El dinero inteligente está siguiendo la reasignación de la inversión en I+D hacia India, el sudeste asiático y otras regiones donde las empresas tecnológicas occidentales pueden operar con mayor certeza regulatoria", señaló un estratega de inversión. "Las empresas que demuestren agilidad en este giro estratégico pueden, en última instancia, emerger más fuertes a pesar del dolor a corto plazo".
Para aquellos que buscan un posicionamiento defensivo, las empresas de ciberseguridad y las empresas especializadas en la resiliencia de la cadena de suministro podrían beneficiarse de la creciente complejidad de operar a través de las fronteras tecnológicas.
El fin de una era, el comienzo de otra
A medida que el equipo de Wang Minjie se dispersa y las luces se apagan en el Instituto de Investigación de IA de AWS Shanghái, ambos países se enfrentan a un panorama cambiado. La disolución representa más que una simple reestructuración corporativa: simboliza un cambio fundamental en el orden tecnológico global.
El impulso de China por la autosuficiencia tecnológica probablemente se acelerará, creando potencialmente nuevos campeones nacionales, pero a costa de la colaboración internacional. Para las empresas occidentales, el retroceso de China representa tanto una mitigación de riesgos como una oportunidad perdida.
Lo que sigue siendo cierto es que el panorama global de la IA ha entrado en una nueva fase de competencia en lugar de colaboración, con profundas implicaciones para la innovación, la movilidad del talento y el desarrollo económico en los próximos años.
Nota: Este artículo refleja el análisis de mercado basado en las condiciones actuales y los indicadores económicos establecidos. El rendimiento pasado no garantiza resultados futuros. Se recomienda a los lectores consultar a asesores financieros antes de tomar decisiones de inversión basadas en esta información.